http://www.links.org.ar/weblinks/lainformaticajovenes.pdf
Algunos críticos de Internet señalan que su aparición ha generado una nueva forma de sociabilidad caracterizado por la comunicación on-line. Entendiendo sociabilidad dentro del marco general de una concepción de la acción social. Los fenómenos son funciones del sistema social y la función del proceso socializador radica en la posibilitación de la interiorización de normas y valores aceptados en un sistema social y en la consolidación y aceptación de los roles.
Por un lado ciertos estudios aseguran que, lejos de aislar a las personas en el ciberespacio, Internet fomenta las relaciones sociales y potencia la integración de las personas en la vida cotidiana. La realidad es que las relaciones sociales tradicionales están evolucionando al ritmo de las nuevas tecnologías y las comunicaciones.
Sin embargo, Internet no debe ser considerada como la única vía usada para relacionarse con otras personas.
A pesar de ello la aparición de Internet, como nuevo medio de comunicación, ha generado una fuerte controversia sobre el surgimiento de nuevos patrones de interacción social. Por un lado la formación de comunidades virtuales, basadas principalmente en la comunicación on-line, se ha interpretado como la culminación de un proceso histórico de disociación entre localidad y la sociabilidad en la formación de la comunidad. Por otro lado los críticos de Internet defienden la idea de que la expansión de Internet está conduciendo hacia un aislamiento social y una ruptura de la comunicación social y la vida familiar, porque los individuos se refugian en el anonimato y practican una sociabilidad aleatoria, abandonando la interacción personal cara a cara en espacios reales. La interacción cara a cara ha de interpretarse en contextos de co-presencia. Inspirada en esas investigaciones, la teoría de la estructuración entiende la interacción en contexto de co-presencia como la relación que los agentes establecen directamente entre sí, es decir, es la relación cara-a-cara, en la que el agente se implica por completo, en la medida en que su comportamiento (su tono de voz, la dirección de la mirada, la ubicación de su cuerpo en el contexto de la interacción, su postura corporal, etc.) tanto queda condicionada como condiciona el desarrollo de la trama interactiva. Cooley define los grupos primarios como los establecidos sobre la base de estrechas relaciones cara a cara entre sus miembros, interviniendo decisivamente en la formación de la naturaleza social de las personas. El carácter primario de dichos grupos se debería al hecho de que son los primeros, desde un punto de vista cronológico, con los que el individuo se relaciona desde el momento de su nacimiento (familia, grupo de juegos); y son también los primeros, desde un punto de vista cualitativo, a la hora de moldear el yo social de la persona, proporcionándole los motivos, normas y valores que guían su conducta y estructuran su autoimagen.
A diferencia de los grupos secundarios, los grupos primarios resisten con mayor facilidad las modificaciones producidas por los cambios sociales, y su existencia bajo cualesquiera tipos de situaciones políticas, históricas e institucionales, demostraría la importancia de los mismos para la socialización de los individuos, así como para su defensa frente a los avatares de la vida, en cualquier época de la evolución social.
El proceso de socialización humana exige la incorporación de la cultura en la que vive; y la cultura no está preestablecida en el individuo si no que ha de aprenderla. Las formas de trabajo, los estilos de vida y sobre todo, el lenguaje de la comunidad tienen que ser incorporados para que el individuo sea individuo social.
Como he mencionado antes, la socialización primaria y secundaria se da con individuos y grupos de los denominados “cara a cara”. Si bien hay quienes aceptan como un nuevo tipo de socialización, la socialización “terciaria” con los nuevos medios de comunicación de masas, considerada como un modelo de “resocialización”.
Así la socialización terciaria, como “resocialización”, no es más que un proceso complejo de intervención socio-educativa que se aplica a individuos con conductas desviantes o conflictivas.
Pero, por otro lado, lejos de la anterior acepción, mi reflexión va encaminada a una socialización terciaria a través de los medios de comunicación, en concreto, a aquellos medios que exigen de la interacción de los individuos con sus similares, ya sea esta interacción a tiempo real o con períodos más o menos duraderos, como es el caso de Internet.
Estamos acostumbrados a que en el cara a cara nuestras conductas provoquen en los otros respuestas en un breve período de tiempo. Esta situación es síncrona (a tiempo real) en el tiempo. Pero esto también puede ocurrir en los Chat en Internet.
Sin embargo, nuestras conductas pueden tener respuestas en un breve o largo período de tiempo. En Internet esto puede ocurrir en los Foros y en las Comunidades Virtuales.
La socialización terciaria, surge en estos grupos de pertenencia sin la interacción cara a cara, mencionados anteriormente, es decir, nos socializamos en familia y después con los grupos externos; no obstante, si nos vamos a la “periferia” del cara a cara nos socializamos también en los grupos virtuales.
Más allá de la interacción social ocasional y los usos instrumentales a través del ordenador, los observadores han detectado la formación de comunidades virtuales. Atendiendo al argumento de Castells el término llama la atención sobre el surgimiento de nuevos soportes tecnológicos para la sociabilidad a las formas anteriores de interacción social. Pero dicho término introduce a su vez un equívoco considerable: el término comunidad.
La sociabilidad basada en el lugar era sin duda una fuente importante de apoyo mutuo e interacción social, en las sociedades agrícolas y en las primeras etapas de la sociedad industrial. Con la consideración adicional de que esta sociabilidad esta basada, no solo en los barrios, sino también en el lugar de trabajo. Esta territorialidad no ha desaparecido pero no cabe duda de que ahora juega un papel menos importante en la reestructuración de las relaciones sociales para la mayor parte de la población.
Aquí deberíamos entender por comunicación un proceso que implica un “compartir el flujo de las experiencias del otro en el tiempo interior, este vivir a través de un presente común que constituye la experiencia del ‘nosotros’, que es el fundamento de toda comunicación posible” (Schütz 1964:173). La comunicación es una acción que se dirige siempre a otro. Es por ello que la comunicación sólo puede darse en el marco del mundo de la vida cotidiana. La acción no sólo comunica mensajes, sino que es en ella misma significativa. La comunicación puede ser definida como una doble acción, ya que consta de dos elementos: una parte de expresión que el otro tiene que interpretar; y la efectiva interpretación de lo expresado por parte de ese otro. Sólo puede ser concebida, por tanto, si se cuenta con un “tú” al que dirigir nuestros actos expresivos con el fin de que sean interpretados. Por lo que comunidad virtual sería un término en pañales.
Sin embargo, en la actualidad, el término virtual encuentra su uso más difundido e interesante en combinación con el de realidad, o sea, formando la expresión realidad virtual. Con ella se hace referencia al resultado de la manipulación de los sentidos humanos a través de entornos sintetizados por una computadora. En estos entornos, uno o varios participantes, acoplados de manera adecuada al sistema de la misma, interactúan de manera tan rápida e intuitiva que la computadora y su operación sintetizadora desaparecen de la conciencia del usuario, con lo que el entorno artificial así generado es experimentado como si fuera natural. Se trata, pues, de un entorno artificial que es percibido gracias a unos estímulos proporcionados por unas máquinas electrónicas, y en el que las operaciones propias de los usuarios determinan, en parte, lo que en él sucede.
Después de hacer ciertas aclaraciones hay que decir que, frente a las afirmaciones de que Internet es una fuente de comunidad renovada o, al contrario, de que constituye una causa de alienación y escape al mundo real, parece excesivo hablar de individualismo, pensando por este término que las personas tienen cuerpos únicos y experiencias de algún modo únicas, éstas son productos bastante independientes. Digo bastante aislados y no totalmente porque la conducta simbólica es comportamiento compartido; “yo”, por tanto, implica “otros” y es inseparable de ellos. En cuanto a la concepción moral del individualismo representa el “amor a sí mismo” del hombre, o incluso sus “intereses egoístas” Sin embargo, estos términos no significaban egoísmo en el sentido restringido de preocupación exclusiva por las necesidades inmediatas de uno mismo. El “ego” por el que supuestamente las personas debían preocuparse claramente incluía a la familia y a los amigos.
Sin embargo lo que sí se podría llevar a cabo por los usuarios es un tipo de individualismo en red ya que este constituye un modelo social. Los individuos construyen sus redes, on line y off line sobre la base de sus intereses, valores, afinidades y proyectos. Debido a la flexibilidad y el poder de comunicación por Internet, la interacción social on line juega un papel cada vez más importante en la organización social en su conjunto.
A pesar de todo ello parece ser que la interacción social en la red, en general, no tiene un efecto directo sobre la configuración de la vida cotidiana, más allá de añadir la interacción on-line a las relaciones sociales previamente existentes.
Debido a toda la polémica que envuelve al mundo virtual y su repercusión en la interacción social intentaré responder a la pregunta, a lo largo de la investigación de ¿El uso de Internet fomenta el individualismo
(en red) o complementa a la sociabilidad basada en la interacción cara a cara?
Una de las formas de medir el individualismo consideramos que es el grado de participación ciudadana.
La participación ciudadana son mecanismos que pretenden impulsar el desarrollo local y la democracia participativa a través de la integración de la comunidad al quehacer político. Está basada en varios mecanismos para que la población tenga acceso a las decisiones del gobierno de manera independiente sin necesidad de formar parte de la administración pública o de un partido político. Otra forma en que se manifiesta la participación ciudadana es a través de las ONGs las cuales pugnan por ciertos temas sociales sin sustituir en las funciones del gobierno sino evaluándolas, cuestionándolas o apoyándolas. También puede proponerse a través de la discusión de temas de importancia de los ciudadanos en foros organizados o por otras vías para llegar a un consenso. Aquí considero Internet parte importante del proceso de socialización terciaria por el cual los ciudadanos participan en su comunidad a lo largo del tiempo o de una forma sincrónica.
Las herramientas de participación son diversas. Pueden clasificarse en dos tipos:
- De entrega y recogida de información.
Información pública impresa como cartas, postes, folletos, boletines, etc. Telefónicas y de programas de radio y TV. Técnicas de Internet. Encuestas y sondeos.
- Otras de carácter interactivo como:
Eventos informativos. Visitas técnicas. Grupos de trabajo, talleres, etc. Conferencias.
Varias consultoras especializadas en redes sociales realizaron un estudio sobre el uso que los jóvenes hacen de Internet. A grandes rasgos del estudio revelaban que el 83% de los jóvenes españoles utilizan webs de redes sociales para relacionarse y, también significativo, que el 50% utiliza estas redes a diario
.
La Red es un lugar para habitar, el sexto continente que se ha ido poblando y, alrededor y por causa de la tecnología utilizada, se ha venido formando una cultura propia. Los rasgos de esta cultura moldean a los usuarios, creando un nuevo tipo de mentalidad, de forma de ver el mundo y las relaciones, de aprender y de interactuar entre nosotros. Tal vez está surgiendo una nueva antropología, una nueva forma de ser y estar por la presencia y el uso, cada vez más masivo –en extensión y en intensidad- y diversificado, de las nuevas tecnologías.
Lo que sí parece cierto es que esta forma de interacción y de relación “está siendo cada vez más importante entre quienes navegan por
la Red”, mundos paralelos de relaciones que “desde el punto de vista psicológico no tienen características de inferioridad o limitación” respecto a las relaciones que se mantienen offline. Y es que suele darse por sentado que las relaciones a través de dispositivos digitales (incluyamos también aquí el móvil) tienen menos peso o influencia en la vida de los individuos que las relaciones mantenidas en el mundo offline, las relaciones cara a cara.
La Red es una posibilidad más para las mismas personas de interactuar, no es una realidad aislada, sino que, a este tipo de interacciones, los usuarios traen “su género, el momento de su ciclo de vida, su bagaje cultural, su estatus”, sus sueños y deseos, sus dudas, todo su mundo.
Lo cierto es que se están estableciendo nuevas formas de agrupación que utilizan Internet como soporte y el ciberespacio como lugar de socialización. Esas relaciones no son sólo de tipo lúdico o de fantasía, como los juegos de rol online. También se crean grupos de intereses, de discusión o investigación, y comunidades de relaciones, donde lo más importante es la posibilidad de comunicarse, de encontrarse con otros e interactuar a diversos niveles. Estas últimas son las más frecuentadas por los jóvenes y podemos hablar de estos lugares, de estos nuevos espacios, como espacios de socialización, donde el individuo comparte experiencias, se integra en el grupo, confronta y asimila ideas y valores, normas de comportamiento y visiones del mundo.
Sería exagerado pensar en la existencia de comunidades virtuales, de las redes sociales online, como opuestas a las comunidades reales o sustitutas de éstas. Más bien hay que verlas “como una nueva modalidad del actuar comunicativo, en grado de potenciar y tal vez hacer más abierto y democrático el sistema de las relaciones comunitarias, sociales e institucionales, dentro de las cuales cada uno de nosotros está inserto”. Siendo conscientes de los límites que tiene la comunicación mediada por el ordenador, hay que señalar que, en ocasiones, se ha exagerado el aislamiento al que puede conducir el uso de estas aplicaciones. Como si en la interacción cara a cara, en las relaciones tradicionales en las que se comparte el espacio físico, no existiera la soledad o el aislamiento.